El vestido de María es de esos que cuentan una historia. Diseñado por ella misma, con mimo y personalidad, refleja su amor por la costura y su sensibilidad por las piezas con alma. María lleva años trabajando en Valenzuela, un atelier en Madrid, y dar forma a su propio vestido de novia fue una experiencia profundamente especial.
María cuenta que desde niña tenía claro que quería un vestido romántico, artesanal y con historia. Soñaba con que estuviese hecho a partir de piezas antiguas. Por eso, junto a su madre y su hermana, se fue de excursión a El Rastro, donde encontraron verdaderos tesoros. Uno de ellos fue una camisa antigua que se convirtió en el punto de partida del diseño. A partir de ella, comenzó a imaginar y construir su vestido, incorporando encajes y tejidos únicos.
El resultado fue un vestido lleno de magia, con tul fruncido en el cuello aportando un aire muy delicado y sofisticado. Las mangas con puños antiguos fue uno de nuestros detalles preferidos junto con el ramo y el bolso tan original que llevó.
Encontrar un zapato que estuviese a la altura no era tarea fácil. María apostó por nuestros Renata Alabastro, y la verdad es que no imaginamos un zapato que pudiese encajar mejor.
Todas las fotografías son de Marylizrose